Sé de la existencia de las gnomas por mi amiga Alde: la madre de su esteticién las ayudaba a parir y, como pago, las gnomas le convirtieron unas cebollas en lingotes de oro. Esos lingotes ayudaron a esta señora y a su familia salir por patas de su país, durante una de las horribles dictaduras que lo azotó. Si hay gnomas que paren, sin duda ha de haber gnomos que las fecundan.

Pero en este artículo no pretendo referirme a los gnomos y gnomas ‘de verdad’, sino a personas, con tamaño de personas y hábitos de personas. Aunque unas personas un tanto especiales. Mi amigo Luisen, riojano habitante de Nueva York, les llama ‘gnomos’; pero yo, por respeto a los gnomos ‘de verdad’, los bauticé como hombres gnomo. Y sí, son hombres gnomo porque no me voy a referir a mujeres, sino sólo a hombres en este caso.

Los hombres gnomo tienen una vocación especial: potenciar a otras personas para que saquen lo mejor de sí mismas.

Sin mucho esfuerzo puedo recordar al primer hombre gnomo de mi vida: por supuesto, mi abuelo. Él tiene una facilidad increíble para ser uno con las plantas y con los animales y, sobre todo, para contagiar esa facilidad a quienes hay alrededor. Porque la segunda característica de los hombres gnomo es la de sentir entusiasmo por la vida, y contagiarlo. Mi abuelo, por suerte, sigue siendo uno con la naturaleza, y sigue contagiando ese amor.

Sigo recordando los hombres gnomo que han regalado su buen hacer a mi vida, y, aparte de mi padre, que por suerte me enseñó a dibujar laberintos y, por desgracia, no a salir de ellos, me vienen a la cabeza los ojos grandes y azules del poeta disfrazado de profesor de literatura, que conectó por primera vez conmigo durante mi dura adolescencia. Porque la tercera característica de los hombres gnomo es que se disfrazan y sólo las personas atentas se percatan de lo que ellos son en realidad. Este poeta tuvo la gana de endulzar el día a día de su centro de trabajo montando unos divertidos recitales de poesía, en los que incluía algo de puesta en escena y de música.La cuarta característica de los hombres gnomo es, por tanto, el amor por la multidisciplinariedad, o lo que es lo mismo, no conocen fronteras entre las artes, ni entre las culturas. A decir verdad, los límites, en general, no parecen existir para los hombres gnomo. Estos recitales de poesía a los que me andaba refiriendo, los organizaba con alumnado del instituto, y con algún miembro del profesorado lo suficientemente atrevido. Y es que la quinta característica de los hombres gnomo es el magnetismo, o poder de convocatoria. Nadie sabía qué podía resultar de aquellos ensayos, pero todos confiábamos en este señor, porque la sexta característica de los hombres gnomo es la de convertir cualquier proceso, cualquier situación aparentemente rutinaria en una experiencia inolvidable.

Otro hombre gnomo que dejó huella en mi transcurso vital fue el que estaba disfrazado de director de un centro importante de música contemporánea. Él, en realidad, es un pensador profundo y honesto, un maestro que conoce a la perfección los entresijos de la música. Pues los hombres gnomo, por las características anteriormente citadas, a menudo son utilizados como gestores culturales. Esto les impide centrarse en sus propias aportaciones al mundo, pues exprimen su creatividad en potenciar a otros. Porque, en el fondo, tienen más vocación de potenciar a otros que a sí mismos, y por eso tienen encomendada la misión de ser catapulta. Los hombre gnomo, en su mayor esplendor, están ocultos tras una barba, y así se potencia su disfraz. Es el caso del compositor que me recibió en su loft neoyorkino y cochambroso, y me sentó a oscuras entre bafles de la más alta tecnología, para hacerme flotar con una de sus obras ‘a toda pastilla’. Me quedé sin habla, dando vueltas con los pies que apenas rozaban aquel suelo de madera roída por las ratas y las chinches. Cuando cesó el sonido, buscando un ápice de luz, lo encontré escondido manejando una mesa de mezclas, mirándome con sonrisa cómplice y ojos traviesos. Y es que la octava característica de los hombres gnomo es que nunca pierden la travesura.

Otro de los barbudos, coetáneo en edad y ciudad del anterior, fue el director del departamento de educación musical durante mis estudios con la Beca Fulbright. Este hombre gnomo ejercía tanto la primera característica que llegó a decir que yo estaba allí para enseñar a mis profesores, y no para aprender de ellos. Tomé tanto cariño a ese hombre gnomo que nos inventamos una asignatura individual para vernos cada semana. No es casualidad que la asignatura se llamara ‘Canalizando la espiritualidad a través de la música’, y aquí viene la novena característica: la conciencia de lo espiritual, o el equilibrio arriba-abajo. De ahí que conozcan a la perfección y de forma innata los secretos de la naturaleza, incluso los del comportamiento humano.

El último hombre gnomo al que voy a referirme hoy es al que encontré disfrazado de ‘alto cargo’ de la cooperación española, y que me llevó a plantar una semilla en la infancia y la juventud de El Salvador. Este hombre gnomo, como todos los hombres gnomos que se activan políticamente, resulta molesto al sistema capitalista, y esta sería la décima cualidad. Los hombres gnomo, por su alto sentido de la responsabilidad para con su misión, son guardianes de la Belleza y de la Verdad y, por tanto, lograrán que éstas resistan por encima de todo, incluso con el riesgo de verse apartados de su cometido.El hombre gnomo de El Salvador sintió regocijo cuando corroboró que la semilla de la lengua náhuat pipil había sido re-plantada en las gentes menudas de por allí, y que eso hizo que aquellos cientos de ojos negros reconectaran con lo que yacía detrás del pensamiento, detrás de la violencia y el dolor, en la raíz, en SU identidad. No fue difícil realizar una labor así, pues el apoyo del hombre gnomo no es baladí.

Yo me pregunto… ¿de dónde sale un hombre gnomo? ¿qué evolución debe seguir un niño y luego adolescente para transformarse en uno de ellos? ¿tendrá algo que ver en el asunto su formación académica? ¿y su educación familiar? Lo importante es que los hombres gnomo existen, y que gracias a ellos, la vida es más fácil.

Y a ti, ¿qué hombres gnomo te ayudaron?