Reina, Schmitt y Nilsen en la interpretación de "Navarra", de Sarasate, Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Reina, Schmitt y Nilsen en la interpretación de «Navarra», de Sarasate, Foto: Daniel Pérez / Teatro Cervantes

Ayer domingo tuvo lugar en el Teatro Cervantes la Gala de Clausura del Festival Málaga#Clásica.

Como ha sido habitual en esta edición, antes del concierto pudimos disfrutar un poco de folclore, en este caso español, gracias a la Panda de Teatinos, que interpretó verdiales en la modalidad de los montes. Acto seguido, el periodista malagueño Domi del Postigo, presentó uno a uno a todos los intérpretes de la noche con su particular humor.

La primera parte del programa estaba compuesta por las Siete canciones populares de Falla, interpretadas por el tenor Aurelio Gabaldón y Josu de Saloun al piano. Un buen comienzo para lo que vendría después, Scene Adalouse para quinteto con piano y viola solo de Joaquín Turina. Pudimos disfrutar de Jesús Rodolfo, muy expresivo a la viola y de un segundo movimiento que conmocionó al púlico.

Tras el descanso, una nueva introducción de folclore español estaba esperándonos. Esta vez, como no, se trataba de flamenco. Un joven cantaor acompañado de guitarra y bailaora volvían a crear el ambiente perfecto para disfrutar aún mejor de Shostakovich, Las canciones I, III y V Op.100 del compositor ruso, que como dijo Jesús Reina, parecen compuestas por alguien de Huelin. Efectivamente, inspiradas en el folclore español, especialmente en Granada, Aurelio Gabaldón esta vez acompañado de Christopher Schmitt al piano, deleitaron al público con su interpretación.

Quinteto de piano y cuerda en sol menor de Enrique Granados fue la siguiente. Una obra de la etapa parisina del compositor, con influencias impresionistas en la que Jesús Reina hizo alarde de su técnica para conseguir planos sonoros al límite.

Para cerrar el concierto y festival, Navarra para dos violines y piano fue la elegida. La pareja Reina-Nilsen acompañada de Christopher Schmitt al piano pusieron al público en pie con la virtuosa pieza del compositor navarro Pablo Sarasate.

Un buen festival, con precios asequibles para todos los bolsillos (tanto Echegaray como Cervantes han estado llenos) que en palabras de Jesús Reina, “espero que se vuelva a repetir el año que viene, y el otro y el otro…”