El viernes 28 y el domingo 2 de marzo se pone en escena la ópera de Verdi con Andrés Veramendi, Lola Casariego, María Luisa Corbacho y Arturo Pastor en los roles principales.

La OFM y el Coro de Ópera de Málaga, que celebra estos días su 25 aniversario, completan el montaje, que dirige en el atril Miquel Ortega y en escena Ignacio García.

De izqda. a dcha. a María Luisa Corbacho (‘Azucena’), Andrés Veramendi (‘Manrico’), Carolina Moncada (ayudante de dirección escénica), Lola Casariego (‘Leonora’), Miquel Ortega (dtr. musical), Lucía Escribano (‘Inés’), Arturo Pastor (‘Conde de Luna’), Ángel Jiménez (‘Ferrando’) y Mariana Mara (vestuario). (Matías Cano / Teatro Cervantes)

De izqda. a dcha.: María Luisa Corbacho (‘Azucena’), Andrés Veramendi (‘Manrico’), Carolina Moncada (ayudante de dirección escénica), Lola Casariego (‘Leonora’), Miquel Ortega (dtr. musical), Lucía Escribano (‘Inés’), Arturo Pastor (‘Conde de Luna’), Ángel Jiménez (‘Ferrando’) y Mariana Mara (vestuario). (Matías Cano / Teatro Cervantes)

Málaga recibe este fin de semana Il trovatore, una historia oscura y dramática narrada con una música luminosa y bella, plagada de contagiosas melodías. La Temporada Lírica del Teatro Cervantes acoge el viernes 28 de febrero y el domingo 2 de marzo dos funciones de esta obra maestra de Giuseppe Verdi en un montaje que busca la veracidad de una trama llena de guerra y desolación. El maestro Miquel Ortega dirige en el foso una producción concebida para resaltar los méritos musicales de la segunda ópera de la trilogía romántica de Verdi, “una obra de repertorio de las que hacen afición” plagada de célebres arias, dúos y coros, desde el ‘Di quella pira’ que ataca el tenor, en este caso Andrés Veramendi, hasta el popular ‘Coro de los gitanos’.

Junto a Veramendi en el papel de ‘Manrico’, el trovador y oficial del ejército del príncipe de Urgel, ocupan los roles principales Lola Casariego como la enamorada ‘Leonora’, Arturo Pastor haciendo del ‘Conde de Luna’, noble que la corteja, María Luisa Corbacho encarnando a la gitana ‘Azucena’, Lucía Escribano como ‘Inés’, Ángel Jiménez en la piel de ‘Ferrando’ y Jesús Gómez como ‘Ruiz’, el secuaz del trovador. Seis de los mencionados solistas y Carolina Moncada, ayudante del director de escena, Ignacio García, presentaron esta mañana en rueda de prensa a unos personajes envueltos en trágicos e intensos sentimientos. El rencor del conde de Luna, el amor de Leonora por Manrico, “la única luz de la ópera”, el enamoramiento del trovador y la manipulación de éste por su madre, la complejidad emocional de la gitana, que se mueve de la pasión materna al odio y la venganza, componen un mosaico de fuertes sentimientos potenciados por una escenografía muy funcional y oscura.

La Orquesta Filarmónica de Málaga en el foso y casi una cincuentena de cantantes del Coro de Ópera de Málaga, que se encuentra esta semana celebrando su 25 aniversario, arman junto a los solistas un gran espectáculo en el que también tiene mucho peso el vestuario. Según Moncada, el objetivo del montaje es que el público se conmueva con los contrastes de los personajes y la belleza de la partitura. Ese intrincado juego actoral y musical se colorea con un vestuario de Mariana Mara en el que predominan dos tintes, una mancha azul que describe a las tropas del conde y el tono de fragua de los gitanos, compuesto por rojos, granates, magentas y naranjas. Entre medias, el negro de Manrico, un color ya apuntado en el libreto, explicaron Moncada y Mara. El verismo de la aproximación a Il trovatore se consigue también con las pesadas ropas: Mariana Mara puso como ejemplo que la cota de malla, el casco y los demás atavíos del conde de Luna hacen que Arturo Pastor tenga que cantar cargado con entre 50 y 60 kilos de material.

Producciones Telón con la colaboración de Ópera Cómica de Madrid, Magister de Escenogafía de la Universidad Complutense de Madrid, Ayuntamiento de Alcobendas y AGAO producen Il trovatore que veremos el fin de semana en Málaga, un montaje ambientado en el siglo XII, época de las Cruzadas (aunque la trama transcurre en el XV), y que ya se ha visto en Sevilla, Chiclana, Pamplona, Vigo, Albacete o Toledo, entre otras plazas. Giuseppe Verdi compuso esta obra en cuatro actos con un libreto de Salvatore Cammarano basado en el drama homónimo del dramaturgo chiclanero Antonio García Gutiérrez, también autor del texto en el que se basó Simón Bocanegra, también llevado a la ópera por el compositor italiano. Il trovatore fue estrenado el 19 de enero de 1853 en el Teatro Apollo de Roma.

Il trovatore forma parte del conocido como período medio, trilogía popular o romántica de la producción de Verdi, una etapa iniciada con Rigoletto y que culmina con La traviata. Aunque su trama sigue siendo medieval y existe el típico triángulo amoroso y trágico entre un tenor y una soprano entre los que se interpone un barítono rival, la belleza de la partitura hace que con los años no haya remitido su popularidad.

De ritmo continuado y frenético, Il trovatore presenta temas como la pasión, la venganza, el honor y la muerte. Ambientada en los primeros años del siglo XV, entre Aragón y Vizcaya durante la revuelta de Jaime de Urgel contra Fernando de Antequera, Il trovatore tiene como personaje clave a la gitana Azucena, quien en su delirio de venganza por la muerte de su madre, quemada viva por orden del conde de Luna, sacrifica en la hoguera a su propio hijo. Manrico es un desconocido trovador que corteja a Leonora, dama de la Reina de Aragón que corresponde a su amor y a la que también pretende el conde de Luna. Éste impone su matrimonio con la joven dama, que no accede, es apresada y se suicida. El conde, fuera de sí, ordena la muerte de Manrico, con lo que la gitana acaba consumando su venganza al explicar al de Luna cómo ha matado a su propio hermano.

Verdi intentaba romper con todas las estructuras cerradas de la ópera romántica pero se encontró con el libreto de Cammarano, que le dio pie a escribir algunas de las mejores arias, dúos, concertantes y coros de la historia de género. ‘Mal reggendo al aspro asalto’, ‘D’amor sull’ ali rose’, ‘Di quella pira’, ‘Il coro degli zingari’… El torrente de bellas e inspiradas melodías con que nos obsequia el compositor es inagotable.