Rafael Alcántara, minutos antes del conciertoRafael Alcántara, minutos antes del conciertoEl pasado 1 de abril, la Banda del Conservatorio Superior de Música visitaba el Teatro Cervantes, como es habitual desde el curso pasado. Esta vez con un protagonista principal, Rafael Alcántara, ganador del concurso de solistas para banda organizado por el Conservatorio.

Unos minutos antes del concierto nos recibía tranquilo en su camerino. Sobre el concierto dijo que “es una obra que me gusta mucho, tiene un arreglo muy bueno para la banda y es técnicamente difícil”.

Destacó el trabajo con Ana Blanco, “la directora y yo hemos trabajado mucho fuera del escenario y de los ensayos, y la versión que vamos a oír esta noche es una mezcla entre la suya y la mía.”

Recordando el momento en el que se presentó al concurso, confesaba que “el escenario siempre te da un punto de estrés y eché los papeles para rodar una vez más el concierto y pasar por ese estrés. Un músico lo que tiene que hacer es subirse al escenario cuanto más mejor, y así fue”. Declaró que tocar como solista es una oportunidad única que no se presenta todos los días. “Yo toco esta obra con el pianista y cuando acabo puedo volver a repetirla, con la banda no, acabo más cansado. Trabajar de solista siempre te da una experiencia que no puedes obtener de otro modo, tener una banda detrás con ocho flautas, siete trompas, seis oboes…eso impresiona”

Por último, echó en falta algo más de tiempo para preparar la obra, “Hemos tenido tres semanas de ensayo, igual con una semana más hubiéramos podido madurar más la obra tanto la directora, como yo y la banda” y preguntado por la enfermedad del director titular, Martín Jaime, “Él era el director, se ha montado con el alumnado de dirección y yo lo veo muy bien, porque es una gran oportunidad para ellos, aunque a mí no me han preguntado si prefería dejarlo para el año que viene”.

Poco después de estas palabras, salían al escenario la Banda, la directora Ana Blanco y Rafael Alcántara, enfundado con su bombardino.

Y es que comenzó la velada con Variaciones Sinfónicas para bombardino y banda de James Curnow. Una obra estructurada en cuatro movimientos, dónde apreciamos la capacidad técnica de Rafael para solventar los problemas que presentaba la obra en este aspecto, con cambios bruscos de tesitura o notas pedales.

Todo ello dirigido por la granadina Ana Blanco. Hay que comprender muy bien una obra para poder llevarla al oyente con plena garantía y ella así lo hizo. Destacó en su buena manera de llevar los tempos lentos y se fue creciendo cada vez más conforme el concierto avanzaba.

Hasta tres veces se vieron obligados de salir a saludar por el algo más de un centenar de personas que se congregaron en el patio de butacas.

Le siguió en programa el 3 movimiento de la sinfonía 1 de G. Mahler.

Dirigida por Antonio Isidoro Gallego, el único que lo hizo de memoria y ante la incredulidad de algunos, demostró tener dominio sobre la partitura de principio a fin. Se le vio muy a gusto sobre el podio.

Un buen arreglo para banda, en el que cabe destacar el papel del primer oboe, que se llevó gran parte de los aplausos junto con el director y las trompas, levantadas por él al fin de la obra.

Para terminar oímos el 4 movimiento de la misma sinfonía, esta vez dirigida por Antonio Moral Jurado, del que hay destacar la gran cantidad de recursos técnicos de los que dispone y el dominio total sobre la Banda, que cuajó una gran sonoridad en este movimiento.

Al final del concierto volvieron a salir los tres directores acompañados de Rafael Alcántara para despedir junto con la Banda al público del Teatro Cervantes hasta el año que viene.