Ángel Sanzo

Imagen del pianista Ángel Sanzo

 

Ángel Sanzo, pianista malagueño de reconocido prestigio internacional, ofreció el pasado jueves 21 de noviembre un concierto en la Sala María Cristina. La primera parte del recital estaba compuesta por obras de Chopin, mientras que la segunda parte incluía la “Partita nº 2” de Bach y “La valse” de Ravel.

El concierto comenzó con la “Barcarola Op.60”, en fa sostenido mayor, obra de absoluta madurez ya que está compuesta durante los últimos años de vida de Chopin. Se trata de una pieza llena de matices y sutilezas que Ángel Sanzo supo cuidar con gran elegancia.

Le siguieron los improntus Nº1 Op.29, en la bemol mayor, y Nº4 Op.66, en do sostenido menor, más conocido como fantasía-improntu. En la primera sección de esta pieza, en allegro agitato, pudimos apreciar en ocasiones pasajes poco precisos, sin embargo, en la sección intermedia, en moderato cantabile, Ángel Sanzo nos ofreció un sonido impecable.

La primera parte del concierto finalizó con el famoso Scherzo nº2 de Chopin, en si bemol menor, donde observamos a un pianista más arriesgado y expresivo, aunque dejando constancia en su interpretación de la incomodidad que le suponía la falta de atención por cierta parte del público.

Tras el descanso, escuchamos una versión muy personal de la Partita Nº2 de Bach, en la cual, Ángel Sanzo hizo un minucioso uso del pedal.

El concierto finalizó con La valse de Ravel, transcripción para piano de un poema sinfónico dramático. Compuesta entre 1919 y 1920, se trata de una pieza de gran fuerza y atractivo, rica en glissandos y efectos sonoros. Ravel compuso, según su propia definición, “un torbellino fantástico y fatal”.

Después de la multitud de aplausos, Ángel Sanzo nos regaló el precioso y gran conocido segundo movimiento de la Sonata en fa mayor de Mozart.

 

Irene Maldonado