El pianista Ángel Campos

El pianista Ángel Campos

El día 25 de enero asistimos a la sala de exposiciones de Royal Pianos, en Benalmádena, para disfrutar del concierto de piano interpretado por el ex-alumno del CSM Ángel Campos Mendoza, quien actualmente se encuentra realizando un máster en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú con el profesor Pavel Nersessyan tras recibir la beca de la Fundación Musical de Málaga. Dicho concierto formaba parte del proyecto Málaga Talento, junto con otros tres que se llevaron a cabo con a la cantante rusa Karina Demurova en Málaga, Estepona y Fuengirola.

El piano en el que se ejecutó el concierto se trataba de un Bösendorfer 290 imperial. Construido por primera vez en el año 1900 siguiendo una sugerencia del compositor Ferruccio Busoni, el Imperial tiene 97 teclas, es decir, ocho octavas completas, por lo que permite realizar actuaciones fieles de una serie de composiciones de Bartok, Debussy, Ravel y, no menos importante, Busoni.

El recital comenzó con la Sonata Op.31 nº3 en mi bemol mayor de Beethoven. Dicha sonata está formada por cuatro movimientos: I-Allegro-Scherzo, II-Allegreto vivace, III- Menuetto: Moderato e grazioso, IV-Presto con fuocco. Aunque en un principio apreciamos a un pianista un tanto incómodo, rápidamente fue ganando en confianza y fuerza hasta sorprendernos finalmente con un gran dominio y control de la obra.

A continuación, Ángel interpretó la Sonata nº4 en fa sostenido mayor Op. 30 de Scriabin, compuesta en 1903 y formada por dos movimientos enlazados sin pausa, casi como un solo movimiento. El acorde místico sirve como fundamento armónico y melódico de la obra, la cual presenta una forma atípica, ya que, mientras que normalmente el primer movimiento suele ser el que está en forma sonata, aquí es el segundo el que presenta dicha forma. La sección en Andante inicial, en la que Ángel hizo una interpretación muy de acuerdo a la atmósfera característica del estilo experimentado por el compositor ruso a principios del siglo XX se percibe como una introducción del Prestissimo volando que le sigue, en la cual se hizo gala de un gran virtuosismo y de una técnica impecable.

Por último, escuchamos la Sonata en si menor Op.58 de Chopin, compuesta y publicada en 1844, y dedicada a la condesa Emilie de Perthuis. En esta sonata dividida en cuatro movimientos, Allegro maestoso-Scherzo: Molto vivace-Largo-Finale: Presto non tanto, descubrimos nuevas melodías poco escuchadas en las interpretaciones tradicionales que demuestran el grado de conocimiento y profundidad armónica del pianista, así como un gran lirismo en los temas de movimiento lento acompañados por una precisa mano izquierda. Destacar también las brillantes octavas del último movimiento, en el que Ángel demostró, una vez más, la seguridad, fuerza, madurez y profesionalidad que lo caracterizan.

Tras los aplausos, Ángel nos sorprendió con una transcripción para piano de una preciosa pieza escrita originariamente para piano y clarinete del compositor y actual profesor de análisis del CSM Diego Pereira.