Escena de uno de los números de los miserables

Escena de uno de los números del segundo acto del musical

El potente espectáculo de Los Miserables no deja a nadie indiferente.

La historia basada en la novela e inspirada en las pinturas de Victor Hugo, nos lleva por un recorrido en plena Francia revolucionaria desde 1823 a 1832 de la mano de Jean Valjean (Nicolás Martinelli) y Javert (Ignasi Vidal), hilos conductores del espectáculo, entre otros personajes.  El torrente de los minuciosos escenarios, la excelsa orquesta y, cómo no, las emocionantes voces, conducen al espectador a través de este musical que desde su estreno hace 28 años, ha sido visto por más de 65 millones de espectadores en todo el mundo.

Se puede apreciar en esta recomendadísima producción que se encuentra en Málaga hasta el próximo 20 de julio un gran trabajo musical de la potente orquesta bajo la dirección del maestro malagueño Arturo Díez Boscovich con la supervisión de Alfonso Casado. Una interpretación cuidada al detalle, que permite asentar la base del sorprendente producto final cuando se le suman las voces, que desde las partes solísticas más íntimas a los números con la práctica totalidad del elenco vocal en coro presentan el contundente mensaje de la música de C.M. Schoenberg y la letra de Herbert Kretzmer, adaptada a la lengua de Cervantes por Albert Mas Griera. No hay que olvidar que la renovada instrumentación que oímos en esta producción actual viene de la mano de Christopher Jahnke (realizada con motivo del 25º aniversario), con sutiles toques más vanguardistas a la hora del empleo de técnicas instrumentales frente a la orquestación original de John Cameron.

Hablando de la escenografía no se puede dejar de lado la complicada maquinaria utilizada para el movimiento de los diferentes y grandes decorados, los efectos conseguidos a través de proyecciones, luces, vestuario; la sincronización requerida… Un trabajo que sin dudas pone la guinda al jugoso pastel que, al igual que la parte musical, viene renovado a raíz del cuarto de siglo que cumplió.

En general estamos ante un emocionante espectáculo que deja con muy buen sabor de boca al público, y alegra ver que una producción de esta envergadura de la mano de Stage Entertainment y Cameron Mackintosh apueste por Málaga como una de las ciudades elegidas para su gira nacional, y el público responda positivamente acudiendo al versátil Teatro Cervantes, rozando el lleno absoluto en lo que lleva en cartel.