La Orquesta Filarmónica de Málga, Josep Carreras y Ainhoa Arteta. Fotografía: Daniel García

La Orquesta Filarmónica de Málga, Josep Carreras y Ainhoa Arteta. Fotografía: Daniel García

En la inconfundible cantera del festival Starlite Marbella tuvimos la oportunidad de asistir al cierre de temporada de la Orquesta Filarmónica de Málaga. Un cierre de lujo con la presencia de dos voces más que consagradas del panorama internacional: el tenor Josep Carreras y la soprano Ainhoa Arteta, bajo la dirección del maestro David Giménez.

Cayendo la noche, la orquesta fue la encargada de ofrecer una toma de contacto a través de G. Bizet y su Farandole. Pero sin lugar a dudas el público esperaba expectante la entrada los solistas. Josep Carreras se encargó de ello con la sentimental L’ultima canzone de Tosti, que no dejó indiferente. Más tarde llegaría el turno de la soprano Ainhoa Arteta con Azulao (J. Ovalle). Una dulce interpretación que hizo las delicias de los asistentes.

Tras varios temas y una Filarmónica de Málaga a solas con la obertura Die Fledermaus de J. Strauss II, llegó el momento esperado de la velada: la salida al escenario del tenor y la soprano juntos para interpretar Lippen Schweigen, de Léhar, después de que 7 años atrás compartieran escenario en el Palau de la Música de Barcelona.

La segunda parte comenzaba con No corté más que una rosa de la zarzuela La del manojo de Rosas. Arteta, tras un cambio de vestuario para este acto transmitía aún más a través del repertorio. No se quedó atrás Carreras, con una potente interpretación de Vurria (Rendine). Así los protagonistas de la noche fueron intercalando zarzuelas y la Filarmónica cerraba el pequeño ciclo de las mismas con el Intermezzo de La boda de Luis Alfonso.

Conforme se acercaba el final del programa ofrecieron temas en inglés como If I love you de Rodgers o The Impossible Dream del musical The Man of La Mancha, de la mano de la soprano y el tenor respectivamente. Y ya llegando a otro de los momentos cúlmines de la noche, aparecen juntos de nuevo los solistas para recuperar de la zarzuela El dúo de la africana de Manuel Fernández Caballero, el Dúo y jota. Una intensa interpretación que puso punto y aparte a la noche, ya que las ovaciones de los asistentes llevaron a los solistas a salir hasta 7 veces más, regalando al público diferentes temas fuera de programa, desde Summertime –obviamente interpretado por Arteta- al archiconocido Brindisi de La  Traviata de Verdi para finalizar.

Genial sonido conseguido por la Filarmónica de Málaga con el maestro David Giménez al frente, cimientos de todo el espectáculo que pudimos contemplar. Una ocasión única que ofreció el Starlite Marbella aportando algo diferente al resto de noches del festival, esperando que se vuelva a repetir en siguientes ediciones.